Cancún recibe a sus primeros huéspedes después de la pandemia

Colaboración con  "La Guajolota Digital" publicada el 10 de Junio de 2020
Por C.S. Malo 

Yo llegué a Cancún siendo una niña de 11 años. Y comencé a trabajar en turismo a la edad de 16. Si de por sí, el lugar de donde eres siempre te provocará cierta cantidad de orgullo y sentimientos agradables, todo mi amor fue creciendo, principalmente, por el simple hecho de ver con ojos de turista lo que era parte de mi normalidad. Millones  y millones de personas visitan Cancún cada año, aunque parezca difícil de creer Cancún es parte de los lugares turísticos más populares de todo el mundo, un destino, que como les mencionaba en el artículo pasado, tiene algo que ofrecerle a todos y tiene que visitarse alguna vez en la vida. 

Cuando me mudé de Cancún, la sensación de vivir  en un nuevo lugar “turístico” tan diferente a Cancún me hizo darme cuenta, que como Cancún no había dos, o más bien, como México no había dos. 

La calidez y alegría de los mexicanos es algo que nos caracteriza en cualquier lugar en donde nos encontramos. “¿Son mexicanos?” Preguntan y aunque ellos son de un país diferente la emoción en su tono de voz los delata. 
Nosotros como Mexicanos nos adelantamos… “¿Ya has ido a México?” Y de verdad, puedo jurar que NUNCA, he escuchado a un turista decir. “Si fui a México, pero no me gusto.” 

El lunes 8 de Junio, 31 hoteles de la ciudad de Cancún y sus alrededores abrieron sus puertas para comenzar a recibir a los primeros huéspedes, respetando el 30%  de capacidad requerido por las autoridades, y, no tardaron en volverse virales los videos en las redes sociales. 

Ver Cancún reactivarse poco a poco me deja sin palabras. 

Somos conscientes de que las cosas lamentablemente no podrán volver a ser las mismas, somos conscientes de que el semáforo continúa cambiando y en cualquier momento se podrá detener todo de nuevo. 

Pero es imposible no sentir emoción al como ciudadano ir al supermercado en un centro comercial y darse cuenta que los negocios reabren poco a poco, es imposible no sentir emoción cuando tus ex-compañeros de trabajo o amigos te dicen que ya comenzaron a recibir huéspedes o que se están preparando para recibirlos tal día, es imposible no llorar de emoción al ver un video que refleja la felicidad y el rayito de esperanza que se nos devuelve a todos los Cancunenses al ver que no todo se ha perdido. 

Créanme, esta ha sido una de las peores crisis, por no decir la peor, que Cancún ha vivido, más del 75% de los empleos que estaban relacionados con el turismo se perdieron, el mío incluido por ejemplo, y por cada vacante de trabajo que se anunciaba se postulaban un mínimo de 300 personas, todos con diferentes necesidades, diferentes habilidades, pero con el mismo objetivo de, a lo mejor y suena exagerado, sobrevivir. 

Conocer Cancún y sus maravillas y haber sido parte del conjunto de  experiencias que Cancún tiene que ofrecer en diferentes áreas te marca. Parte de lo que soy es por todos los trabajos que he ejercido en esta ciudad y lo que los mismos me han enseñado. 

Les aseguro que el cliente viene primero para todos los que trabajamos en Turismo siempre, y más ahora al haberlos dados casi por perdidos. 

Al ver los videos mi piel se puso chinita y las lágrimas no tardaron en hacerse notar. Un simple check-in se volvió un verdadero espectáculo y la emoción de los empleados (que se encontraban reunidos manteniendo su sana distancia) era palpable. Me puedo poner en su lugar, 3 meses sin trabajar, la incógnita de no saber si te van a volver a llamar, el pensar que a lo mejor ya no tendrás oportunidad de volver a hacer lo que amas, es un sentimiento REAL que vivimos la mayoría de los trabajadores de este sector en esta pandemia. 

Al menos yo anhelo el momento de volver a encontrarme cara a cara con un huésped, sueño con ver la zona hotelera nuevamente llena de gente contemplando las maravillosas vistas del mar color turquesa y arena blanca que Cancún da, ver la emoción de las personas que se encuentran formadas para ingresar a un parque temático, las lágrimas de emoción de las personas que ven a un delfín por primera vez, la emoción de los niños llegando al aeropuerto, guiar a un huésped para que tenga las mejores vacaciones de su vida, resolver dudas de las personas que caminan por la calle queriendo conocer el centro, las risas de las personas que se suben al transporte público sin saber que en México esa es una verdadera aventura, darme cuenta que tanto turistas como empleados salimos adelante y superamos esta adversidad universal. 

Estoy segura que las personas que están llegando a los diferentes destinos turísticos están buscando olvidar y sentirse de nuevo en paz, estoy segura de que al encontrarse en un momento tan “complicado” al saber manejarlas bien, un empleado de turismo puede, sin demasiado problema, darle de verdad las mejores vacaciones de la vida a aquel huésped. 

Solo piensa, ¿cómo te sentirás tú cuando pises por primera vez el país que soñaste con visitar y que pensaste que ya nunca tendrías oportunidad de conocer? ¿qué sentimiento crees que tendrías si al entrar al lobby de un hotel, que de por si se encuentra en el paraíso, te reciban con aplausos y mariachi? ¿cómo te sentirías al saber que le devolviste la esperanza a millones de personas que se dedican a cumplirte un sueño? 

Y al revés, ¿cómo te sentirás al escuchar que le cumpliste el sueño a una persona? ¿qué sentirás cuando te digan que tienes el mejor trabajo del mundo o que vives en el paraíso? ¿qué sentirás cuando las personas te digan “pensé que ya no podría hacer esto” o verlos con los ojos llenos de lágrimas por la emoción de ser recibidos con aplausos y mariachis? ¿cómo te sentirías, finalmente, al saber que también le devolviste la esperanza a ese visitante? La esperanza de poder seguir viajando y de cumplir sus sueños. 

A mi ya me han dicho cientos de veces “tienes el mejor trabajo del mundo”, o, “vives en el mejor lugar del mundo”, y no me lo creía, hasta ahora. 

Comentarios

Entradas populares

loading...